En el sector de la energía solar destacan dos tipos de tecnologías: la solar térmica y la solar fotovoltaica. Ambas dependen del sol, pero su funcionamiento es bastante diferente.
Aunque presentan puntos en común, ya que se nutren de la energía solar para aportar confort en las instalaciones y son una fuente de energía no contaminante, la principal diferencia que presentan es que la energía solar térmica aprovecha el calor del sol para hacer su función y la fotovoltaica la convierte para crear electricidad.
Las empresas juegan un papel vital en la lucha contra el cambio climático debido a su capacidad de acción e impacto en el medio ambiente.
Ante la situación actual en la que se encuentra el planeta, reducir la huella ambiental es una de las tareas más importantes de este siglo.