Emilio Martínez, responsable del servicio de Mantenimiento: “El mantenimiento preventivo contribuye a prolongar la durabilidad y rendimiento de la instalación fotovoltaica”

Por 26/12/2019Noticias

Emilio Martínez, ingeniero técnico industrial (especialidad en Electricidad) y máster en Energía y Sostenibilidad, lleva cuatro años en Eidf Solar y desde hace tres es responsable del servicio de Mantenimiento.

¿Cuál es tu función dentro de la estructura de EDF?

Empecé, como la mayoría de compañeros del departamento técnico, elaborando ofertas y también pasé un tiempo en la sección de obra. Compaginé estas labores con la gestión de subvenciones de eficiencia energética.

No obstante, como mi perfil está más orientado al mantenimiento y parte eléctrica, comencé a salir a obra cuando se creó el departamento de Operación y Mantenimiento.

Nuestra función se basa en realizar el mantenimiento preventivo y correctivo de las instalaciones. También somos los encargados de hacer las monitorizaciones y llevar a cabo el control del estado de las plantas, así como estar a disposición de nuestros compañeros técnicos por si fuese necesario hacer alguna modificación en alguna instalación.

¿Cómo es el mantenimiento de una instalación fotovoltaica?

El mantenimiento empieza con la monitorización de cada una de las plantas de nuestros clientes. Muchas de las incidencias se resuelven o se pueden detectar gracias a esta herramienta. También nos sirven de ayuda para ir acotando el problema que puede existir. Una vez en planta, el mantenimiento lo dividimos en dos partes:

– Revisión y mantenimiento de la parte estructural

– Revisión y mantenimiento de los elementos eléctricos como cableado, inversores o protecciones.

También desarrollamos labores de limpieza y si algún componente está deteriorado lo intentamos reparar, de lo contrario se sustituye o se gestiona la garantía con el fabricante.

¿Por qué es importante realizar las actuaciones de mantenimiento preventivo en las instalaciones?

Es muy relevante ya que, gracias a él, las instalaciones pueden durar más años sin perder rendimiento de generación. También nos ayuda a hacer un seguimiento de las instalaciones por si fuese necesario llevar a cabo acciones más profundas.

¿Cuál es el elemento más sensible en una instalación fotovoltaica?

Es obvio que el elemento más importante de la instalación es el módulo fotovoltaico, si este se deteriora o está defectuoso supone un gran problema para el rendimiento. Un solo módulo estropeado puede parar una planta entera y a veces lleva trabajo encontrar y detectar el origen.

Por suerte, los paneles que instalamos son de lo mejor del mercado y es muy inusual que nos encontremos con este inconveniente.

Otra parte muy relevante son las protecciones eléctricas. Están para proteger a las personas, a la instalación fotovoltaica y a los demás cuadros eléctricos del cliente. Debido a eso es normal que actúen por diversos motivos para lo que están diseñadas, lo que supone que la instalación no produzca hasta que el sistema de monitorización nos avise.

Sin embargo, en mi opinión, la electrónica de los diferentes componentes como inversores y equipos de monitorización son el elemento más sensible.

¿Cuáles son los problemas más comunes detectados en instalaciones fotovoltaicas?

El problema más común es el disparo de las protecciones eléctricas, pero también es el más fácil de controlar y solucionar. Además, está la pérdida de comunicación con el sistema de monitorización.

Hay otros elementos como los conectores de los módulos y strings que se pueden deteriorar por un mal contacto o pérdida de aislamiento, provocando que una parte de la instalación deje de funcionar.

Como comenté anteriormente, también se puede dar el caso de que algún módulo o inversor se estropee o sea necesario sustituir algún elemento de la estructura.

¿Qué tipo de degradación sufren los módulos fotovoltaicos con el paso del tiempo?

La degradación más visible es la ocurrida por el paso del tiempo. Las células fotovoltaicas al llegar a un cierto número de años y dependiendo de dónde y cómo estén instalados pueden sufrir de “hot spot” o puntos calientes dando lugar a que la célula se queme e incluso se rompa el vidrio.

También está la pérdida del aislamiento en el marco, el EVA, el vidrio o en las cajas de derivación, algo que provoca fallos en el inversor.

Sin embargo, la más difícil de detectar es la que no se aprecia a simple vista. Para ello utilizamos aparatos específicos para la medida del rendimiento del módulo fotovoltaico.

Entre estas degradaciones se encuentra el PID (Degradación de Potencial Inducido), un problema que puede provocar una pérdida de rendimiento importante. Se produce por culpa de corrientes parásitas que deterioran la célula y se dan especialmente cuando se dan condiciones de altos voltajes y alta humedad ambiental.

Por suerte, los módulos actuales han mejorado mucho y ya no es común encontrarnos con problemas de este tipo.

¿Qué es lo que más te gusta de tu trabajo diario?

El hecho de que con nuestra actividad contribuyamos a la conservación del medio ambiente es muy satisfactorio. Pero lo que más me gusta es solucionar las averías de las instalaciones y que estas den la mayor producción y rendimiento posible. También me satisface el hecho de estar en continuo aprendizaje gracias al avance de las tecnologías y del sector.

 

 

 

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