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“EiDF tiene mucho más control que en esa imagen de caricatura que se ha hecho”
- La compañía vuelve a fondo de maniobra positivo (9,6 millones) a pesar de disparar las pérdidas a 33 millones
María José Herbón no lleva ni dos semanas al frente de la dirección corporativa de EiDF, la misma tarea que desempeñó en el Celta de Vigo durante la era de Carlos Mouriño como presidente del club. Le precede la fama de ser tremendamente escrupulosa con los números.
“También el equipo aquí es muy escrupuloso en general”. “Viene de una situación compleja que está siendo difícil de gestionar, obviamente, y hay que trabajar para cambiar con confianza, hechos y realidades la imagen que hay ahora mismo”, asegura.
El mismo día del anuncio de su fichaje, la compañía avanzó el lanzamiento de un nuevo plan de negocio coincidiendo con la presentación de las cuentas auditadas de 2023 en la fecha tope prevista por ley, el 30 de abril. El retraso de casi cuatro meses con el ejercicio de 2022 por las diferencias con el auditor le costó la suspensión de la cotización en el BME Growth, el enfrentamiento público con la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) y una crisis reputacional que todavía intenta sanar.
Esta vez la demora fue de dos días. Se depositaron a las 7.46 horas de ayer, justo antes de la apertura de los mercados. EiDF multiplicó casi por ocho las pérdidas, hasta los 32,3 millones de euros, pero duplica el ebitda (de 10,6 a 25,2 millones) y vuelve a un fondo de maniobra positivo de 9,6 millones tras las inyecciones de capital de los principales accionistas y la desinversión en activos.
El auditor, PwC, vuelve a poner pegas. Insiste en “incidencias e irregularidades” en el control interno, calcula una sobrevaloración de 5,8 millones en los créditos fiscales y echa en falta el cargo de 3,6 millones correspondiente a la estimación parcial en un juzgado de primera instancia de León por la demanda de un cliente. En las cuentas no aparece la firma de dos consejeros. El CEO lo achaca al retraso en la formulación y sostiene que ambos las ratificarán.
“Así se trasladó al auditor”, subraya Joan Gelonch, que se suma a la conversación con FARO, aunque no estaba previsto.
Él lleva desde finales de año en el cargo. Antes ocupaba ya un sillón como independiente. “Era evidente que la compañía tenía que hacer un esfuerzo de profesionalización. Por mi edad, probablemente es mi, digamos, reto final”, afirma.
–¿Qué pasó en los últimos días para que las cuentas no se presentasen ni el 30 de abril ni el 1 de mayo?
–María José Herbón: Hemos hecho una revisión muy profunda internamente. Teníamos varias operaciones complejas. Se trabajó hasta última hora con diferentes escenarios y al final la empresa decidió adoptar un punto de vista muy prudente de limpieza general provisionando algunas operaciones que lo más probable es que se reviertan en pocas semanas, comentándolas en el consejo de administración y dejar atrás todo lo ocurrido en 2023 para avanzar.
–¿Será entonces el último año de números rojos?
– María José Herbón: Será el último año de trabajo arduo para clarificar cuál es la situación real de la empresa. Obviamente hay un plan de negocio y dependerá también de cómo marcha el sector y los precios. Espero y deseo que sea un año en el que efectivamente se revierta la situación de pérdidas que se ha dado fundamentalmente por las provisiones y los costes elevados del propio proceso que vivió la empresa. Pero no quiero aventurarme. Esperemos a ver cómo va el primer semestre.
Entre esas operaciones a las que se refiere Herbón están los 38,3 millones de préstamos convertibles de los principales socios que hoy figuran como deuda y entrarán en la hucha del capital tras la junta prevista para junio, elevando los recursos propios a 42 millones. En la entrada en pérdidas tiene también mucho que ver la fuerte caída de la facturación: 229,2 millones, un 37% menos. Los ingresos por generación y autoconsumo mermaron un 50% y un 33% en comercialización.
“Veníamos de un 2022 de récord”, puntualiza Joan Gelonch, por los precios de vértigo durante la crisis energética y el bum del autoconsumo.
Los dos fenómenos se han “estabilizado”. “A pesar de que tenemos una cartera importante –añade, en referencia a los 328 proyectos (120,2 megavatios) en curso en autoconsumo y 231 plantas de generación–, no crecen al mismo ritmo por razones obvias”.
–¿Incluido el daño reputacional?
–Joan Gelonch: Es cierto que la situación de estrés y de reorganización interna ha frenado un poco el crecimiento en el segundo semestre de 2023. El daño reputacional de la suspensión fue muy importante y la compañía se ha enfocado en reforzar su posición de capital y en poner en valor los activos. Ahí se enmarca la política acelerada de rotación de activos, con una primera venta de instalaciones de Autoconsumo a Finlight, del Grupo Brookfield, que reportó 17 millones de ingresos y la devolución de otros 7 millones de un préstamo a Sinia; y la alianza con Atitlan para invertir conjuntamente en plantas de generación que permitió cancelar 15 millones de euros de deuda con el fondo de inversión IKAV.
“Seguimos siendo líderes de autoconsumo en España”, proclama Gelonch, que anticipa más “acuerdos estratégicos con fondo de inversión”.
–PwC insiste en sus salvedades en “incidencias e irregularidades” en el control interno. ¿Qué cambió entonces desde 2022?
–JG: Pues bastantes cosas. En la junta de accionistas de enero se hizo un cambio importante de estructura
con la entrada de consejeros independientes de reconocida solvencia y trayectoria. María José aceptó el reto. Las cosas se cambian haciendo cosas. Vamos a ir creando esta estructura que permita al auditor tener una mejor opinión a final de año.
–MJH: Se trata de crear una cultura, un procedimiento de trabajo. Hay un equipo muy válido que, por ejemplo, utiliza muchas herramientas informáticas, pero en algunos casos están descoordinados. Vamos a trabajar en una evaluación más allá de la propia que haga nuestro auditor para tener el reconocimiento de un externo, una certificación de calidad de buena gestión, de buen gobierno. Seguro que a finales de año somos capaces de dar una imagen diferente.
–¿Sabe la empresa ahora mismo cómo está cada una de sus obras, dónde están sus mercancías…?
–JG: Hemos pasado auditorías y un forensic muy largo y revisiones. Se ha hecho un inventario de todos nuestros almacenes, tanto internos como externos, y te aseguro que todo está perfectamente contabilizado. Sabemos el grado de avance de cada obra. La compañía tiene mucho más control que en esa imagen de caricatura que se ha hecho. ¿Tú crees que de lo contrario tendríamos partners como Brookfield o Atitlan? Hemos sido un poco víctimas de ruido gratuito. La compañía tiene un pipeline real que ha sido revisado, auditado, pasado por una due diligence de terceros y nadie lo ha puesto en cuestión.
–¿Y a quién le interesa hacer esa “caricatura”?
–JG: No lo sé, la verdad.
–¿Han recibido demandas?
–JG: Como compañía, desde luego, no. Y, hasta donde yo sé, nadie ha recibido ninguna.
–Sí hay un litigio en León, como refleja el auditor en sus salvedades.
–JG: Es una obra con un retraso que el cliente achaca a EiDF y EiDF alega que es imputable al cliente porque hizo modificaciones en el proyecto. No hay nada más. Las placas están. Los jueces decidirán. Si hubiera más, saldrían todas en la auditoría. No nos ahorrarían ninguna, ¿no?
–¿Siguen las tiranteces con el auditor, entonces?
–MJH: Ellos hacen su trabajo de manera correcta. No hay ninguna sensación mala entre nosotros. Al contrario.
–¿Y ahora qué? ¿Por dónde irá el nuevo plan de negocio?
–MJH: Tenemos en la mesa dos objetivos. El primero, centrarnos en el negocio. Mi impresión de recién llegada es que la empresa ha estado ocupada en cuestiones que no ayudan y no generan valor al negocio. Con la auditoría cerrada y los datos claros, lo suyo es volver a focalizarse en el negocio y, de manera paralela, construir unos procedimientos para que la situación vivida no vuelva a presentarse. El fondo de maniobra en positivo nos da la tranquilidad de cubrir el corto plazo y tenemos la seguridad también de que entra nuevo capital.
–JG: EiDF tiene una cartera de autoconsumo y generación que le da trabajo para los próximos tres o cuatro años. Tenemos que centrarnos en ejecutarlo.
Enlace a la noticia en el Faro de Vigo